El auge delincuencial y la exhacerbación de las expresiones de violencia, como las pandillas juveniles, no son fenómenos recientes en El Salvador. Ante esta situación, múltiples estudios y diagnósticos se han ocupado de entender el fenómeno de la violencia y han hecho una serie de recomendaciones para las políticas públicas, orientadas a prevenir, contener y atender esta realidad. A continuación se señalan algunos hechos que recuerdan el poco interés del gobierno en fortalecer instituciones claves para la democracia y que desmitifican los argumentos del discurso oficial, en torno a la efectividad de sus instituciones y políticas para combatir la delincuencia. A su vez, se analiza, a partir de las estadísticas policiales, el comportamiento delincuencial, el cual ha sido utilizado, por razones más políticas que técnicas, para justificar el llamado "plan mano dura".