Se propone ofrecer una de las más clásicas interpretaciones, si no la más clásica, a la cuestión del mal, y que ha sido adoptada por gran parte de la tradición cristiana, establecida definitivamente por San Agustín. El mal y Dios causa primera y providente; el mal y el orden del mundo; el mal y la libertad, son tres momentos centrales para abordar aspectos que plantea el problema del mal físico y moral.