Este documento se basa en gran parte en las obras de Mesly (1999 a 2012). Se argumenta que el fenómeno de depredación percibida como un fenómeno comportamentales funcional está sometida a ciertos límites, un hallazgo sobre la base de estudios realizados en 19 grupos diferentes repartidas en un período de cuatro años. También encuentra una constante de k = 1,3, que refleja la naturaleza invariante de la depredación percibida. Estos resultados se suman a la teoría de la predación financiera que estipula que los depredadores financieros operan por debajo de los límites de detección al que contiene a sus clientes (y los reguladores del mercado). Ellos son expertos en minimizar la percepción que los clientes podrían tener que persiguen su dinero, causando un daño económico, por sorpresa (depredación percibido). Entender el rango estrecho en el que los depredadores financieros operan es ajuste de la base para ofrecer una mejor protección a los inversores y para poner en práctica-ing un mejor control y medidas punitivas.
