Respaldar, como hace la LOMCE, políticas de control de listados detallados de contenidos obligatorios, organizados en disciplinas estancas y medibles en evaluaciones externas, va en contra de los proyectos curriculares integrados que exige una educación emancipadadora al servicio del proyecto humano de conocer y comprender la complejidad del mundo global en el que debemos ejercer la ciudadanía.