La enseñanza de la lengua escrita constituye uno de los contenidos esenciales para la escuela. Su carácter instrumental y transversal, para adquirir y construir conocimientos en la propia institución y fuera de ella, depara retos singulares al profesorado, puesto que a las necesidades tradicionales del proceso de alfabetización se suman otras surgidas de los nuevos soportes digitales.