Actualmente, los consumidores son infieles, digitales y móviles. Y es que las reglas del juego del consumo han cambiado, y han dejado a la vista uno de los mayores puntos flacos de las empresas: la dificultad para seguir una estrategia capaz de conservar a los nuevos clientes. ¿Cómo debería ser una estrategia ganadora?