La educación amplía su radio de acción más allá de la escuela y abarca un conjunto de aprendizajes vividos en diferentes escenarios sociales. En este sentido, los movimientos reivindicativos se erigen también en espacios educativos, ya que en ellos se desarrollan procesos de formación de la persona. El relato pedagógico del movimiento 15-M quiere provocar un espacio de deliberación y de toma de decisiones, fortaleciendo la autonomía individual y colectiva. La ciudad se convierte en una inmensa pizarra en la que se escribe la protesta.