La suma de sedentarismo, uso excesivo de dispositivos electrónicos y falta de contacto con la naturaleza produce un coctel perjudicial para el bienestar físico y psicológico infantil. La insuficiente conexión con el medio natural es específicamente preocupante en entornos urbanos. Reanudar una rica relación con la tierra es asuntos de todos, y la escuela puede ejercer un papel esencial para evitar una infancia enclaustrada.