El artículo aborda la idea de que los videojuegos tienen un papel fundamental en la constitución y transformación de las identidades de género. Se plantea que los videojuegos transforman el espacio en el que se dan las prácticas de juego de hombres y mujeres contemporáneos, además de que alteran la noción de espacio y tiempo, fundamentales en la concepción de feminidad. Finalmente, se señala que al modificar la noción de espacio, se abren alternativas de administración de las fuerzas y emociones agresivas y creativas de las mujeres, que pueden alterar las masculinidades y las feminidades.