Está donde quiere estar: en una escuela pequeña, con solo dieciocho niños y niñas, distribuidos en dos clases. En un lugar en el que las estructuras jerárquicas se mitigan, se generan muchas posibilidades de experimentación y aprendizaje, y se trabaja por proyectos. Allí, esta maestra joven se siente apoyada y, al mismo tiempo, con total libertad y confianza.