El artículo propone una revisión a la intervención propuesta entre la dinámica tecnocientificas en sociedades contemporáneas y sus efectos en los sistemas y agencias educativas. Lo hace desde tres orientaciones: la idea misma de tecnociencia y su tensión con las formas gubernativas convencionales de hacer ciencia, las articulaciones de la tecnociencia con la política y los sistemas educativos (fundamentalmente a partir del surgimiento en la teoría educativa de las Tecnologías de la Información y la Comunicación -Tic- y sus innumerables e inocultables consecuencias), y por último en la perspectiva que la investigadora argentina Paula Sibilia y otros autores denominan la dimensión "postorganica", entendida como la superación del arraigo carnal del hombre -y la mujer- en sociedades actuales.