El Colegio Rubén Darío, de Santiago de Chile, nació en plena dictadura pinochetista. Fue difícil para profesores y alumnos luchar contra la idea generalizada de que las asambleas no tenían ninguna utilidad. Esta forma de participación consiguió esquivar la represión y arraigo en el centro. Su formato ha evolucionado a lo largo de más de treinta años, pero ha sabido conservar la idea de que un buen clima efectivo ayuda a resolver los conflictos.