En Finlandia, las clases de lengua materna y los clubes de deberes son herramientas esenciales de inclusión social para el alumnado inmigrante. La enseñanza de la lengua materna fortalece la autoestima de niños y niñas y les ayuda a desarrollar destrezas cognitivas. En una cultura educativa que relaciona éxito escolar con trabajo en casa, los clubes son un apoyo imprescindible y cuenta con una eficaz red de voluntariado.