Pensar crítica y prospectivamente la Universidad que necesitamos, de lo general y abstracto a lo concreto y local, y viceversa, se torna hoy, en tiempos de libre comercio, un ejercicio complejo al tiempo que necesario y perentorio. La aceleración de los cambios y mudanzas estructurales exigen académicamente un ejercicio reflexivo de doble articulación, una práctica discursiva, en fin, de doble sentido, si hemos de procurar el cambio social. Pues en la era global, con la emergencia de la Sociedad de la Información y del Conocimiento, pensar productivamente la relación compleja entre sistema formal de enseñanza y sistema productivo, no puede proponerse de otro modo que articulando este bucle recursivo, a fin de evitar los lugares comunes que gobiernan las políticas públicas y los discursos de los propios agentes educativos.