En las diferentes épocas y culturas en las que se expresa la historia del hombre, el mismo Espíritu de Dios -gestor y protagonista- ha concedido interpretaciones, luces y voluntades que acercandose a Aquel que es "La Luz Verdadera" (Jn. 8,12); iluminan un reto, un compromiso, una senda, un proceso, una opción.