El papel que cumplieron las herejías medievales es bastante singular, según algunos historiadores toda vez que ellas fueron vehículo de protesta de clases sociales desfavorecidas en la repartición, tanto de bienes materiales como del poder que, para la época cambiaban de manos muy fácilmente y con bastante frecuencia. Tanto los nobles, el clero, como la naciente burguesía, pujaban por hacerse con el poder temporal y, en él, con las prebendas económicas ajenas.