La Facultad Libre de Ciencias de la Universidad de Salamanca se estableció en 1875 como única forma para poder continuar con los estudios de Ciencias en la Universidad, con pocos medios y escaso reconocimiento académico, sobrevive gracias al apoyo financiero del Ayuntamiento y la Diputación y a la voluntad del rector Esperabé, contra el movimiento de centralización de la enseñanza superior que concentra los estudios en la Universidad Central de Madrid. Penuria económica y técnica que no permite más que una aproximación a las ciencias físico-químicas dentro del marco de una Universidad de provincias, pero que le ayuda a mantenerse con vida hasta que sea reconocida como facultad «oficial» en 1902