En las grandes ciudades -señala el escritor Manuel Hernández Benavides- las redes del empleo están suturadas y la espiral del conocimiento se está cerrando sobre sí misma. Ello supone necesariamente una revisión de varios paradigmas; por una parte el paradigma de progreso como aspecto correlativo a la industrialización y el abandono del campo. Por otra, la noción academicista del conocimiento y de la tecnología.