En el campo de la educación, existen aún muchos esfuerzos por erradicar defectos e introducir mejoras: se adelantan innumerables investigaciones que promocionan ingeniosas propuestas cuya sola semblanza constituye una enorme fortaleza. Sin embargo, logran mayoría de tales propuestas caen en saco roto, o terminan empantanadas en un reduccionismo escolar que ignora o minimiza la pertinencia que ciertas determinantes psicosociales, entre las cuales se destaca la violencia familiar.