La formación en competencias emocionales, sociales y creativas de los futuros profesores es esencial para crear entornos positivos y seguros, favorecedores del aprendizaje. Un máster en esta temática propone a los docentes que accedan a la enseñanza tras haber desarrollado sus propias competencias emocionales, algo que los ayudará a ejercitarlas con el alumnado y favorecerá el bienestar personal y social del grupo.