Para que una economía se revise en sus supuestos, prácticas impactos, necesita un periodismo económico libre, fuerte, creativo e ilustrado; un periodismo que exponga los implícitos del mercado, que muestre las artimañas de muchos grupos empresariales que coartan la libre competencia y que informe sobre las ineficiencias del Estado; un periodismo que no esté cooptado por sus anunciantes, que se a capaz de poner a la academia a pensar en la realidad nacional y que le ponga el rosto humano y concreto de la noticia.