En muchas ocasiones, la crianza de los hijos e hijas se desenvuelve en un entorno de conflictos de relación, sentimientos de inseguridad y soledad y ansiedades provocadas por aspectos diversos, como los horarios rígidos, las exigencias laborales o las propias condiciones de vida de los pequeños. El autor analiza las consecuencias de esta ansiedad excesiva y advierte sobre la necesidad de apoyar y fortalecer a las familias, un papel que puede cumplir bien la escuela infantil.