SI bien comunicamos con todo el cuerpo, no solo con las palabras, las competencias que se activan en una presentación oral no se adquieren espontáneamente. Son fruto de un entrenamiento, casual o deliberado, y su desarrollo es vital. Con una cámara de vídeo como aliada y en un clima de cooperación, respeto y confianza, este taller ayuda a detectar dificultades y proporciona estrategias para lidiar con el estrés escénico.