Trazan los límites de los países en un mapa del mundo proyectado en la pared, dibujan su ciudad sobre mesas que emiten luz y la reconstruyen con barro, elementos del jardín y otros componentes reciclados. Esta escuela, que sigue la práctica pedagógica de Reggio Emilia, presenta especial atención a los materiales, los espacios y los lenguajes expresivos, para convertirse en un lugar de relaciones, juego, experimentación y creatividad.