La constitución de la identidad personal vive uno de sus momentos álgidos durante la adolescencia. En los hijos e hijas de familias inmigradas, este proceso adquiere una mayor complejidad, pues deben mejorar elementos culturales que le son desconocidos y adaptarse a la gran diversidad de patrones de integración que rigen hoy en día. El centro educativo puede ofrecer un modelo de acogida para los nuevos alumnos y sus familias que se extienda al resto de la sociedad.