Recientemente se publicaron los resultados de la evaluación internacional PISA 2006. Inexorablemente, la idoneidadde los maestros y estudiantes colombianos se pone en tela de juicio cuando se compara con el éxito de países enlos primeros lugares de la tabla de clasificación. Se cuestiona aquí la validez y pertinencia de una evaluación quemide con la misma escala a estudiantes de 57 países del mundo, máxime cuando muchos de los países que secomparan se encuentran en extremos opuestos de las balanzas de la equidad, las oportunidades y las prioridades enpolíticas públicas y sociales.