En las instituciones sociales se aprende, entre otras cosas, distintas habilidades para relacionarnos, lo que supone que en la Escuela se generan espacios para que los/las educandos adquieran habilidades para relacionarse con sus iguales y otras personas, habilidades estas que pueden estar caracterizadas por prácticas bien o maltratantes.Pensamos que la formación deliberada en inteligencia emocional sería importante en la construcción de escenarios de convivencia pacífica en las Escuelas, pues los/las educandos conquistarían habilidades para el procesamiento de información emocional preparándolos para el despliegue de competencias socioafectivas; con ellas se relacionarían desde la práctica del buentrato, la solución pacífica de conflictos, la equidad y la legitimización del otro, elementos sustanciales seguramente en la formación ciudadana, la convivencia, el respeto y la promoción de los derechos fundamentales.