En el pasillo que lleva a las aulas hay una caja llena de semillas, humus y una cesta con bolitas de arcilla, sécandose. Es todo lo que necesitan para reforestar de forma natural las montañas que tienen a su alrededor siguiendo la técnica japonesa del nendo dango, que esta escuea barcelonesa ha convertido en un eje transversal que vertebra todas las actividades del curso.