La naturaleza ofrece a los alumnos de estas escuelas infantiles un marco ideal para crecer y desarrollarse sin perder la conexión con el entorno. Los árboles, piedras, animales y plantas del bosque favorecen la intensidad de sus juegos, la sensibilidad y creatividad de sus aprendizajes, el sentimiento de libertad y espacio personal y la capacidad para manejar riesgos.