Si las personas adultas leen, la infancia también lo hará. Con esta idea nace un club de lectura para familias y profesores, que se reúnen una vez al mes para comentar la obra que han leído. Pronto los alumnos muestran interés por copiar una experiencia que, a lo largo de sucesivos cursos, se ha consolidado y ha logrado aumentar el número de aficionados a la literatura, en el colegio y en los hogares.