En este artículo, el autor se propone mostrar que la antropología es el fundamento de la pedagogía y que, al hablar de una ¿pedagogía de sentido¿, nos debemos implicaren la exploración las dimensiones del ser humano, entendido no solamente como individuo ni como sujeto, sino principalmente como ¿persona¿. La antropología es la filosofía primera y la
pedagogía que carezca de respuesta a la pregunta: ¿qué es el hombre?, no podrá responder a las más profundas inquietudes de la persona y de la sociedad. Una educación que se aparta de este fundamento antropológico y de la cultura experiencial de la persona, se convierte en simple teoría o en una serie de acciones desencarnadas que no ayudan a la persona - sea del alumno y del profesor mismo - a descubrir y emprender el camino del sentido para su vidas con la responsabilidad, actitud reflexiva y crítica, y apasionamiento por la verdad que ello conlleva.