Las orientaciones apostólicas más marcantes de la pastoral latinoamericana, ya sea a partir de las Comunidades de Base o de la religiosidad popular, insisten en una evangelización integral, o evangelización liberadora. Esta no es una actividad "nueva", sino una dimensión que marca toda la misión del cristianismo de cara al hombre latinoamericano. Esta dimensión al mismo tiempo propone nuevas tareas y compromisos, de los que no fueron conscientes las generaciones anteriores. La teología de la liberación aporta luz y estímulo en estas tareas, haciéndolas coherentes con el mensaje evangélico.