La pregunta que encabeza estas páginas está motivada por situaciones y hechos concretos y no por una mera inquietud especulativa o intelectual. Ella supone, además, que en América Latina no parece estar en cuestión si se puede o no hablar de Dios, sino la manera de hacerlo. Los hechos aquí presentados encierran problemas cuya explicación constituye el primer momento de esta reflexión. Delimitado el campo de investigación, podemos acceder a una comprensión del problema de cómo hablar hoy de Dios, en América Latina, pero pasando previamente por la comparación con las características que el mismo tema tiene. en el contexto de los países cristianos del primer mundo, o países industrializados. Dicha comparación enriquecerá no sólo nuestra comprensión del problema específico latinoamericano, sino que podrá, incluso, ofrecernos pistas para resolver dicho problema.
