La Iglesia y la teología están confrontadas con la tendencia, expresa o tácita, de identificar el cristianismo con una Ética, sea ésta la más sublime; y de considerar satisfechas las obligaciones con Dios cuando se han cumplido las que tenemos con el prójimo. Si hemos procedido rectamente hacia éste, lo habremos hecho con Dios. Nótese que no suele añadirse "y viceversa", no únicamente porque la medida es el prójimo sino también porque las relaciones con Dios se entienden como algo abstracto, ideológico. La actitud propiamente religiosa queda así subordinada o diluida en Ia. Actitud ética. Es una evasión hablar del amor de Dios en sí: éste se realiza y vive en el amor y servicio al prójimo. El "primer" Mandamiento es suplantado por el "segundo". La fraternidad entre los hombres no se deduce de la Paternidad de Dios.
