Sin tener pues, absolutamente ni el propósito ni mucho menos el deseo de negar hechos auténticamente no-naturales, quisiera en estas páginas ofrecer pequeños capítulos de Psicología que puedan ayudarnos sea en la verificación de la autenticidad histórica de un hecho, sea en su interpretación, siempre según esta ley de la economía: mientras un fenómeno puede ser explicado naturalmente no hay derecho para recurrir a una explicación preternatural o sobrenatural. No debemos transformar inmediatamente un hecho maravilloso en un problema teológico