La teología latinoamericana ha pasado en los últimos años de una situación de letargo y desestima a un alto grado de estimación que ha llegado en algunos momentos a convertirse en moda. En ciertos casos ha llegado a convertirse con sus innovaciones y teorías avanzadas en una especie de magisterio paralelo más venerado por determinados grupos que el magisterio eclesial. El rasgo fundamental que ha dado origen a la moderna teología latinoamericana ha sido sin duda la reflexión sobre la propia realidad sociológica y eclesial. Una mirada nueva que parte de la experiencia fundamental de la dependencia y de la necesidad de una lucha para alcanzar una genuina liberación.