Cuando la Iglesia se congrega para celebrar la Eucaristía, aparecen en ella las dimensiones que permiten conocerla en su ser más propio y específico. La Eucaristía manifiesta lo que la Iglesia tiene de más propio. La Iglesia forma parte de la sociedad y es el Pueblo de Dios; pero la Eucaristía no se define como acto social ni como acontecimiento popular, la Iglesia es primordialmente una realidad divina, un misterio revelado.