La verdad que la Iglesia anuncia es una verdad de vida, debe hacerse vida... Esta exigencia de la verdad concierne ya sea la vida personal de los cónyuges, sea la cultura en la que viven los esposos... " (26 nov. 1982, al Simposio Europeo sobre Matrimonio y Familia, Roma). La Exhortación tiene toda esta importancia porque analiza las Circunstancias nuevas en las que se vive la realidad conyugal y familiar, y las ilumina con toda la sabiduría acumulada por la Iglesia en el curso de los siglos.