Juan de Zumárraga fue el primer obispo de la diócesis de México. Era franciscano, de los recoletos, En 1528, cuando se embarcó por primera vez rumbo al Nuevo Mundo, traía en su equipaje mucho más que su ajuar episcopal y su biblioteca. Dentro de su corazón ardía una ilusión: hacer llegar la palabra de Dios a todos, hasta a los más humildes.