¿Es pertinente un discurso acerca de la "civilización del amor" en una cultura altamente pragmatizada, tecnificada y planificada, en proceso de robotización, en la que la persona y sus comunidades parecieran identificarse con un signo de microprocesadora, perderse en la ley de los grandes números y de las macro revoluciones y vaciarse de su identidad, de su mismidad? ¿Cómo concebirlas y promoverlas en tal contexto? ¿Qué significación tendrán o deberían tener "civilización" y "amor"?