Esta reflexión quiere ser una introducción general a los demás artículos que aparecen en el presente número de la revista. El autor nos invita a hacer un camino histórico del magisterio eclesiástico sobre la conversión pastoral, a partir del Vaticano II hasta nuestros días. Desde el llamamiento universal a la santidad de la Lumen gentium, hasta el Sínodo de 1985; desde Pablo VI hasta Juan Pablo II; desde la Conferencia de Santo Domingo hasta Aparecida. La conversión pastoral con todos sus nombres y dimensiones: reforma, renovación, conversión pastoral, conversión eclesial, etc., es hija legítima del llamamiento universal a la santidad, y es, y será siempre una urgencia pastoral.