Para comprender rectamente la Justicia Social es necesario remontarse al origen del hombre, al Génesis, que nos explica satisfactoriamente que fue creado a imagen y semejanza de Dios, es decir, que todos somos iguales; que descendemos de un mismo padre y de una misma madre, es decir, que todos somos hermanos; y que podemos y debemos discernir entre obrar el bien y el mal, es decir, que todos somos libres en el operar de nuestras acciones.