El Código de la industria cinematográfica, plan trazado para la reglamentación moral del cine, ha conocido una carrera llena de peripecias desde su introducción en Hollywood, el año 1930. A veces se ha encontrado con el ridículo y la burla en varias partes. A veces con una generosa aprobación y a un quizás con una plena aceptación práctica.