A partir de los descubrimientos atómicos y de acuerdo con las leyes de desintegración de las materias radioactivas, se ha podido dar un nuevo avance al complejo problema de la cronología. Durante machismos años se venían ensayando toda suerte de métodos encaminados a medir el tiempo del pasado. Los anillos del tronco de los árboles centenarios, los estratos terrestres, el origen de las playas, los sedimentos, la erosión, la sal marina, los residuos fósiles, etc., dieron ocasión a variadísimas experiencias con resultados también diversos.