Llevar azúcar a Cuba es lo mismo que llevar café a El Salvador o bananos a Costa Rica. El suelo de esta isla maravillosa es, en combinación con el sol y las lluvias tropicales, el que mejor se adapta en el mundo al cultivo de esta planta tan útil al hombre. Las matas de caña duran varios años y apenas necesitan de otro trabajo que del requerido para cortar los nuevos brotes cuando han llegado a madurez. La ausencia casi total de montañas y de tierras pedregosas es tan grande que se considera que hay tan solo 20% de ellas incapaz de todo cultivo. El resto o está sembrado de caña, o donde no la hay, existe, en todo caso, la posibilidad de su cultivo en condiciones óptimas.
