Antes de comenzar doy por sentado que la fundación de nuestra Universidad se debe al Dr. Juan Lindo. Lo digo al principio de este homenaje a su persona en el Centenario de su muerte, porque algunos historiadores nacionales han dado lindeza de afirmar que no fue Lindo el fundador de la Universidad, atribuyendo esta gloria ya a unos, ya a otros. Son ellos el doctor Antonio José Cañas (El inocente) y el presbítero do9n Narciso Monterrey, los señores licenciados Eugenio Aguilar y Francisco Dueñas, y más de todo, según se dice, el general Francisco Malespín (Mil penas).