No hace aún mucho tiempo que aparecieron en esta revista dos escritos nuestros sobre la problemática del valor. (1) En ellos defendíamos que existe una verdadera Filosofía de la Economía. A imitación de aquel anticlerical de marras que afirmaba muy serio que nunca le había hecho falta estudiar el fenómeno religioso ni los tratados de Teología para impugnar victoriosamente todas las doctrinas de los creyentes, hay gentes que piensan que eso de “económica” es algo relacionado con el ahorro o a lo más con las cuentas de la cocinera (que de todo se encuentra por esos mundos de Dios) y a los cuales nuestra afirmación le habrá sonado a herejía. Pero el hecho es que existe una economía filosófica y que la filosofía, que pervade todo conocimiento y especulación, se ha metido de rondón en el campo de la Economía.
