Bergson estudia el problema religioso desde el punto de vista de la filosofía. Esto suscita inmediatamente un doble reparo: primero, no es la filosofía la ciencia más adecuada para aproximarse al tema de la religión; segundo, no es la filosofía bergsoniana con su "minus-intelectualismo" la forma más completa para alcanzar la mayor proximidad filosófica posible con la cuestión religiosa. Esto no obsta para que la filosofía de Bergson, por lo que tiene de filosofía y de bergsoniana, pueden darnos una palabra decisiva sobre el más profundo y total de los fenómenos humanos.