Hace exactamente diez años; en el Teatro Darío de San Salvador, se fundó oficialmente la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. No había en aquellos momentos más que una idea y un núcleo reducido de personas dispuestas a convertirla en realidad. Nada de infraestructura física; recursos financieros prácticamente nulos; ausencia cuasi-total de personal académico; oposición abierta, o franca apatía, en diversos sectores de la población. Partiendo de aquella débil y sumamente limitante base de función, la UCA ha crecido con extrema rapidez, y representa ya, según creemos, una institución significativa para la vida del país.