Según el Apocalipsis, los mártires -como Jesús- son los "testigos fieles" y " degollados a causa de la palabra de Dios". Testigos que deberán "esperar a que se complete el número de hermanos que habrán de morir como ellos..." Ahora se les ha unido Monseñor Romero, llenando todos los requisitos de un verdadero mártir, a saber: su absoluto era Dios, por este Dios descubrió progresivamente el rostro del pueblo atribulado, y se consagró a su defensa, proféticamente, así se configuró según el ideal cristiano: según la figura de Jesús, dispuesto siempre a entregar la vida en fuerza de su fe.